1) Lo más importante al terminar de cocinar sobre la vitrocerámica, pasa siempre un paño. Con ello eliminarás posibles residuos o partículas duras que podrían provocar rayaduras en la superficie.
2) Cocina con ollas y sartenes para vitrocerámica. El fondo liso para que la zona de contacto sea lo más regular posible.
3) Si se te derrite un recipiente de plástico sobre la vitrocerámica (como, por ejemplo, un tupper), que no cunda el pánico. Lo más importante es actuar con rapidez mientras aún esté caliente la superficie, ya que si se enfría, sí resultará muy complicado de eliminar. Cubre inmediatamente la mancha con jabón y, en cuanto se enfríe un poquito, límpiala.
4) Un caso similar es el que tiene que ver con el azúcar. Si se te derrama sobre la superficie caliente, actúa inmediatamente. No se te ocurra dejar que se enfríe, ya que entonces te resultará casi imposible de eliminar.
5) Si encuentras una mancha difícil, que no puedes eliminar con la rasqueta, hay una solución facisílima: coge un hielo y pásalo durante un minuto sobre la mancha. A continuación, pasa la rasqueta. ¡Alucina con el resultado!
6) Si el hielo no te convence, puedes usar jugo de limón: unas gotitas sobre la mancha antes de pasar la raqueta y verás cómo se ablanda.
7) Finalmente, el vinagre disuelto en agua te ayudará a mantener la superficie de tu vitrocerámica súper brillante.
8) Último truco para ahorrar dinero y energía: cada vez que utilices la placa apágala un poco antes de terminar la cocción. Como la vitrocerámica se mantiene caliente entre 5 y 7 minutos después de haberla apagado, ¡eso que te ahorras!